“Un viento frío y violento irrumpe de forma súbita por entre los collados.
Desciende inundando el fondo de los valles…, una bestia enrabietada y que vomita fuego se prepara: llega la tormenta.
El más impresionante de los fenómenos meteorológicos que tienen lugar en la troposfera, o en la Antigüedad, una colérica expresión del irascible ánimo de los dioses”.
(Joaquín Colorado, Montañismo y trekking)
Desciende inundando el fondo de los valles…, una bestia enrabietada y que vomita fuego se prepara: llega la tormenta.
El más impresionante de los fenómenos meteorológicos que tienen lugar en la troposfera, o en la Antigüedad, una colérica expresión del irascible ánimo de los dioses”.
(Joaquín Colorado, Montañismo y trekking)
De todos los fenómenos atmosféricos que pueden producirse en la montaña, la descarga de una tormenta de rayos, es la más impresionante y la que más miedo da, nos sentimos inseguros e indefensos ante un fenómeno impredecible e impresionante.
Hay personas que sienten un miedo visceral ante la tormenta de rayos, es lógico, sin embargo, hay otras que sienten cierta atracción hacia ese fenómeno eléctrico (yo me incluyo entre los segundos), e imprudentemente quedamos como atónitos observando con curiosidad como se mueven los rayos. Pero, es tremendamente peligroso, sobre todo en campo abierto y en la montaña.
La tormenta se define como: “Perturbación atmosférica de gran magnitud, siempre acompañada de aparato eléctrico y abundantes precipitaciones en forma de agua, nieve y/o granizo”.
Quien practique senderismo con asiduidad y no le asuste un nubarrón, habrá vivido fenómenos como los descritos en la definición.
Cuando se sale de acampada en zonas de montaña, estos cambios atmosféricos suelen ocurrir con frecuencia. A mi me paso, llegamos a una zona de acampada en la Sierra de los Alcornocales, un Parque Natural entre Málaga y Cádiz, hacia un día precioso, una tarde tranquila y la noche con luna llena parecía plácida, aunque pequeñas nubes en forma de borreguitos hicieron su aparición.
Nos fuimos a dormir y todo parecía sereno, pero un par de horas después, cayó sobre nosotros una tormenta de lluvia y truenos. La lluvia no pareció importarnos a ninguno, pero los truenos sonaban cercanos y todos permanecimos calladitos, haciendo cuentas para ver si la tormenta iba o venía.
Hay personas que sienten un miedo visceral ante la tormenta de rayos, es lógico, sin embargo, hay otras que sienten cierta atracción hacia ese fenómeno eléctrico (yo me incluyo entre los segundos), e imprudentemente quedamos como atónitos observando con curiosidad como se mueven los rayos. Pero, es tremendamente peligroso, sobre todo en campo abierto y en la montaña.
La tormenta se define como: “Perturbación atmosférica de gran magnitud, siempre acompañada de aparato eléctrico y abundantes precipitaciones en forma de agua, nieve y/o granizo”.
Quien practique senderismo con asiduidad y no le asuste un nubarrón, habrá vivido fenómenos como los descritos en la definición.
Cuando se sale de acampada en zonas de montaña, estos cambios atmosféricos suelen ocurrir con frecuencia. A mi me paso, llegamos a una zona de acampada en la Sierra de los Alcornocales, un Parque Natural entre Málaga y Cádiz, hacia un día precioso, una tarde tranquila y la noche con luna llena parecía plácida, aunque pequeñas nubes en forma de borreguitos hicieron su aparición.
Nos fuimos a dormir y todo parecía sereno, pero un par de horas después, cayó sobre nosotros una tormenta de lluvia y truenos. La lluvia no pareció importarnos a ninguno, pero los truenos sonaban cercanos y todos permanecimos calladitos, haciendo cuentas para ver si la tormenta iba o venía.
2 comentarios:
¿No vas a escribir más?
No seria la primera vez que me pillara una tormenta eléctrica en la Sierra de Cazorla, y la verdad es que asusta un poco. Pase por tu casa a saludarte. Un abrazo desde "Panorámica Cazorlense".
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