Tamariz, tamarisco, atarfe:
Estos árboles se suelen encontrar en zonas húmedas y ribera de los ríos y sobre todo en el litoral, son plantas muy útiles para fijar las dunas litorales y los márgenes de ríos, torrentes y ramblas, ejerciendo un importante papel de protección de los suelos.
El taray pertenece a la familia de las tamaricáceas y suelen alcanzar una altura de unos 4 mts con ramas muy flexibles, largas y delgadas que fueron utilizadas para hacer maromas de anclaje.
El tronco es delgado, agrietado, irregular y pardo. Sus hojas son muy pequeñas y finas recordando a las del ciprés. Las flores aparecen en forma de espiga en tonos blancos o rosados y la floración coincide con los meses de primavera.
Es una especie muy utilizada ornamentalmente en parques y jardines donde suelen alcanzar un porte más arbóreo y elegante.
Propiedades terapéuticas:
Planta muy astringente utilizada para cortar la diarrea preparando un cocimiento hirviendo las ramitas y la corteza.
Viejos tarays del paseo marítimo de Torreblanca en Fuengirola
Hermosos hongos en las cortezas de los tarays
Este árbol está asociado a otras plantas propias de las riveras de los ríos como el sauce o la adelfa y siendo muy útil para fijar los suelos es de extrañar que no se replante en los cauces de los ríos para evitar desbordamiento y perdida del suelo fértil y sin embargo, vemos como las autoridades prefieren sembrar césped, palmeras y otras especias no autóctonas y no adaptadas a estas zonas húmedas.
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