martes, 11 de septiembre de 2007

Caminar bien orientados




No es tan fácil como parece echar un vistazo a un mapa y saber dónde nos encontramos; en casa puede estar muy claro por dónde caminaremos, cuál será la ruta a seguir, pero una vez que nos encontremos en el terreno, el paisaje y los dibujos topográficos del mapa pueden desorientarnos.
Tampoco hay que ser un sabio para descifrar los dibujos, la leyenda del mapa es una guía para interpretar colores y símbolos, y las curvas de nivel nos indicarán el desnivel en ascenso o descenso.
Las curvas de nivel deben observarse mucho y aprender a verlas en tres dimensiones ya que los metros que sube o baja el terreno está marcado en dichas curvas para crear la formación montañosa.
A mi me resulta muy interesante la lectura de un mapa cuando hago senderismo, me gusta saber por donde voy y que distancia falta para legar a la cumbre.
Si se va con un guía experto, éste nos ayudará a “comprender” lo que en el papel está dibujado.
Lo primero que hay que saber es que los puntos cardinales es los mapas están siempre de la siguiente forma:
• El Norte: arriba.
• El Sur: abajo.
• El Este: a la derecha.
• El Oeste: a la izquierda.
Con las curvas de nivel hay que tener en cuanta que cada cinco suele ubicarse una curva maestra, de trazo más oscuro y con su altitud marcada claramente y varias veces a lo largo del perímetro, ésta nos servirá para calcular los desniveles.
Observando estas líneas podemos averiguar el tipo de terreno si se trata de un valle cerrado o suave, arista, cima, donde hay un collado, etc.
Otra manera de orientarse es con medios naturales. En las excursiones “cortitas” y en las que siempre sabemos donde estamos, porque nos conocemos el lugar como la palma de la mano, podemos poner en práctica la orientación como lo hacían los antiguos exploradores.
En terreno abierto me oriento bastante bien y puedo localizar sin dificultad el Este, sitúo la mano derecha hacia el este y la cara hacia el norte, la mano izquierda me indica el oeste y detrás está el sur.
La vegetación también puede ayudarnos, las vertientes orientadas al N. y NO. Reciben menos luz diurna y son más frías y húmedas, la vegetación es más verde y rica, la nieve dura más tiempo; el musgo crece en la corteza del árbol que da al N. Las copas de los abetos y pinsapos apuntan hacia el E.; los árboles inclinados por el viento lo están hacia el E., porque la mayoría de los frentes climáticos vienen del Oeste.
Pero, hay que tener una cosa en cuenta, el terreno puede presentar particularidades propias del clima local y las zonas húmedas pueden variar, en cualquier caso, es probable que la zona norte sea siempre más verde y densa.
Una forma de saber cuanta luz solar nos queda si nos hemos retrasado en el camino y no disponemos de reloj, es en campo abierto donde se vea el horizonte, se alarga el brazo izquierdo en horizontal con el dedo gordo apuntando hacia arriba y los demás dedos juntos y extendidos, la palma girada hacia nosotros.
Situamos del disco solar en la “L” formada en nuestra mano y el espacio que queda entre el dedo índice y el horizonte, nos dirá el tiempo: cada dedo supone quince minutos de luz solar. Si queda hueco por debajo utilizaremos los dedos de la otra mano.
No debemos olvidar que la hora solar no coincide con la oficial de los relojes, en España suele tener una o dos horas de adelanto respecto al sol.



Vocabulario
Curvas de nivel o cotas:
Líneas imaginarias que unen entre si todos los puntos del terreno situados a un mismo nivel y que permiten reconocer todas la formaciones que existe.
Collado:
Depresión amplia en una arista. Paso entre montañas.

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