En Málaga la mejor época para realizar senderismo es en otoño, invierno y primavera, aunque nuestra primavera es muy corta y pronto llega la tórrida estación del verano.
En verano si se realizan salidas al campo deben ser o muy de madrugada o salir al atardecer, y nunca han de faltar las cremas de alta protección solar, protectores labiales, gafas de sol y gorro o pañoleta para protegernos la cabeza y el cuello.
El agua es imprescindible, pues en verano las fuentes naturales suelen estar secas.
Con tiempo caluroso es recomendable el uso de ropa amplia y ventilada, las mangas y pantalones largos protegen del sol y los colores claros son mucho más frescos que los oscuros.
No sería la primera vez que para no pasar calor nos ponemos en manga de tirillas y después ocurre que, por mucha crema que nos echemos, terminamos con la piel roja y llena de rayones blancos, de la tirilla de la camiseta y de la abrazadera de la mochila, ésta también produce rozadura en la piel del hombro y por si fuera poco, a algún insecto le dio por picarnos.
Yo siempre uso pantalones largos, porque termino con un montón de arañazos en las pantorrillas, pero hay quien prefiere pantalones cortos por su comodidad y frescor.
Si en verano hacemos una ruta río arriba (o abajo), estaremos muy fresquitos, pero hay que tener en cuenta varias cosas. Es recomendable llevar un calzado para protegernos de golpes con las piedras del río y al menos un par de calcetines. Uno para evitar heridas mientras se realiza el recorrido, pues la piel de los pies se vuelve muy blandita y las botas suelen causar rozaduras y heridas desagradables con el continuo roce. El otro par es para cambiarnos una vez terminada la ruta, si es posible llevar otro calzado mejor, sino, al cambiar de calcetín los pies sienten un gran alivio, por lo menos es lo que yo he experimentado.
Para movernos por el río es de gran ayuda llevar uno de esos palos de madera, yo los prefiero a los plegables en este tipo de ruta.
Hacer “senderismo” por un río es muy divertido, no se pasa calor y se pueden encontrar pozas para darse un baño, claro, siempre y cuando el río no sea muy caudaloso.
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