martes, 15 de julio de 2008

Bichitos cocinados


En un manual de supervivencia encontré un capítulo dedicado a la ingestión de insectos. Los invertebrados (animales que no tienen espina dorsal), son una fuente de nutrientes y bien cocinados deben ser un manjar.

Para nosotros produce cierto desagrado la idea de comer gusanitos, grillos, saltamontes, babosas, etc. Sin embargo, son numerosas las personas que comen caracoles encebollados y con salsas, son un plato exquisito y muy típico de algunas comarcas españolas.
Los caracoles tienen un aspecto desagradable y a demás, son babosos, pero cuando están bien cocinados nadie pone mala cara.
Al parecer las abejas y las avispas también son comestibles, si en la hipotética situación de perdernos en una selva y no tener que llevarnos a la boca, las abejas pueden ser un plato muy bueno.
En el manual dice lo siguiente: de las abejas no sólo se puede tomar la miel, que es una gran fuente de energía, sino que larvas y crisálidas son un buen bocado.
Para comerse las abejas hay que quitarle las alas, las patas y el aguijón con la bolsa de veneno y después se hierve o se asa, según el gusto de cada uno.
Para acercarse a la colmena sin sufrir un ataque mortal de cientos de obreras cabreadas por la invasión, es mejor colocar una hoguera humeante debajo y mejor hacerlo de noche que están todas dentro.
Las colmenas suelen encontrarse en los huecos de los árboles viejos o en cuevas, mientras que las avispas cuelgan sus nidos en las ramas de cualquier árbol.
Curioso, ¡verdad!
Mi experiencia en comer insectos fue con un par de saltamontes, alguien trajo un día a una de nuestras reuniones, saltamontes, grillos y escorpiones envasados en unas bolsitas al vacío, como si fuera una chuchería nos la ofreció, pero nadie se atrevía a probarlos, todos pusieron cara de asco, pero yo, que soy así, probé los saltamontes, estaban secos y su sabor me recordó a las colas de los pescaítos fritos, era tan insustancial que para llenar el estómago habría que comer mucha cantidad, y hay se acabo todo.

3 comentarios:

Maeglin dijo...

Toda una Superviviente está usted hecha si dio el paso al frente para fagocitar el bicho. En un Documental ví que la proporción de aumento de masa corporal en los grillos, saltamontes y cucarachas de criadero era casi un 30% con respecto a sus silvestres amigos. Mucho más eficiente que cualquier oveja o vaca que se precie. También se hacían eco de que por su elevado aporte de sales y nutrientes, comparables a los frutos secos, podrían ser en el futuro determinantes y frecuentes en nuestro alimentacion. En Texas hay un festival culinario donde la protagonista es la Cascabel y en Asia son famosos los licores con reptiles vivos dentro. Habrá que abrir la Mente.

photomalaga dijo...

Cuando el hambre aprieta te puedes comer cualquier cosa; cuando hice la mili, en tiempos de los romanos, claro, como estuve en la C.O.E., pues la cosa era un tanto difícil por decir algo, así que me comí, ranas, culebras, hurracas, hiervas amargas como la tuera, saltamontes, etc.
Así que tienes razón, la supervivencia te puede llevar a comer lo que en realidad es normal y tan sólo no lo comemos por falta de costumbre, pero mejor no hacerlo por necesidad. Un abrazo

Una senderista. dijo...

Tienes razón Toro, y como dice Maeglin son aporte de vitaminas, solo que no tenemos costumbre de comerlo por no formar parte de nuestra dieta